domingo, 11 de octubre de 2009

LA HEREJIA GNOSTICA

La palabra gnosticismo viene de gnosis=conocimiento y los seguidores de este movimiento creían en la existencia de un conocimiento superior y salvífico al que generalmente habían recibido los fieles comunes. Este conocimiento contenía una especie de revelación secreta y misteriosa superior a la fe. El gnosticismo es de los primeros movimientos heréticos que presentan un conjunto de ideas filosóficas y religiosas mezcladas con la fe cristiana, mezcla, entre otros muchos elementos, conceptos judeocristianos, zoroastras y platónicos. Las ideas sobre el Dios ingenito son propias de la revelación de Moisés, pues, fue el único que supo plasmar la naturaleza de Dios en unas cuantas palabras. “Yo soy el que soy” y cada uno de los atributos que Moisés conoce de Dios se corresponde con esta naturaleza, de modo que Dios no es un ser de pasiones o de deseos, ni tampoco que busque en la creación conocer su grandeza, el siempre será el que es. No obstante, los gnósticos Identificaban el mal con la materia, con la carne y las pasiones y el bien con el espíritu. Tenían al mundo material como malo y el mundo espiritual como bueno. La materia era obra de un demiurgo (dios inferior) u obra de los ángeles o arcontes, ya el Discurso a Diogeneto se desliga de estas doctrinas gnósticas. [1] Los gnósticos más radicales diferenciaban entre un Dios Supremo y un demiurgo al que relacionaban con el dios de los judíos del Antiguo Testamento. Estos conceptos de lo malo como de todo aquello que es material, llevo a los gnósticos a pensar que el cuerpo material de Jesucristo no era real sino una apariencia, de aquí procederá el termino dokesis=docetas “apariencia”. La salvación en este sentido se encuentra por un conocimiento superior. Cerinto sostenía que le mundo no había sido creado por Dios sino por un demiurgo inferior a Él, este sería el Cristo, solo aceptaba el evangelio de Mateo.


Principales Gnósticos del Siglo I y II


Desde que Pedro tuviera el encuentro con Simón el Mago hasta pasada la época de Eusebio, se atribuye erróneamente a Simón una paternidad universal de todas le herejías. Con los descubrimientos Nag Hamadi se ha podido comprobar que las raíces del gnosticismo tienen orígenes diversos y muy anteriores al cristianismo, en el gnosticismo cristiano ya se vislumbran elementos muy antiguos de la doctrina cristiana. Ireneo siguiendo la estela de Justino, era de la opinión que fue Simón el mago el iniciador de toda herejía, esta conexión del gnosticismo con Simón pudo deberse a una distorsión de las genealogías gnósticas por parte de la iglesia oficial, en particular de Ireneo, quien pretendía en su obra “Adversus Haresses” reunificar el gnosticismo sobre un mismo y único sistema, de esta forma ayuda a la comprensión de esta herejía por los fieles. (AH. I. 23: 1-2, 5) Eusebio siguiendo la misma fuente de información que siguió Ireneo, mantiene el discurso oficial de Simón como el iniciador de toda clase de herejías (HE. II, 13: 6) además, de considerarlo el rival de los apóstoles (HE. II, XIV, 1). Simón fue discípulo de un tal Dositeo perteneciente a la secta esenia y se cree que Simón debió de ser uno de sus discípulos más aventajados, con una gran cultura filosófica y pudo haber ejercido la medicina. A Dositeo le sucedió Simón el Mago y en su dirección la secta tomó un rumbo herético mezclándose con ritos mágicos. Orígenes escribe “Tales Simón el mago, natural de Samaria, y Dositeo, oriundo de la misma región. El uno decía ser la fuerza de Dios, llamada grande (Hech. 8: 10), y el otro se vendía por el mismo Hijo de Dios.” [2] A la llegada del evangelio a Samaria por medio de Felipe y luego, por los apóstoles Pedro y Juan, Simón creyó ver en ellos el poder indiscutible de Dios y quiso hacerse de la presencia del Espíritu por medio del dinero, el rechazo de Pedro fue más que evidente. A esta actitud que tomo Simón en la compra de los dones se aplicó más tarde bajo el término simonía a quienes pretendían comprar los cargos en la iglesia.

Menandro era al igual que Simón de origen samaritano y se traslado a Antioquia sobre el 70 permaneciendo hasta fines del siglo I. Se hizo pasar como un salvador enviado por los eones superiores a salvar a los hombres, prometía a sus seguidores que estos nunca morirían, Pablo tuvo que enfrentarse con Himeneo y Fileto que enseñaban que la resurrección ya había acontecido (2. Tm. 2: 17) Fue de los primeros en ejercitar la magia y de aquí que muchos paganos confundieran a los cristianos con la teúrgia. Le siguió Saturnino que fundó su escuela en Antioquia desde el año100 hasta el 130 aprox. Mantenía que el Padre es desconocido por todos. La creación fue hecha por siete ángeles y entre todos crearon al hombre, pero, debido a que no eran estos ángeles buenos hacedores hicieron al hombre torcido y se arrastraba como un gusano. Fue entonces que el Padre se apiado del hombre y le envió una centella de vida que lo puso erecto, solo cuando muere esta centella regresa a su sitio y el resto se disuelve en la sustancia de dónde provino. Estos mismos ángeles, hicieron un hombre malo y otro bueno, Satanás y sus demonios ayudaban a los malos y por eso también vino Jesús para destruir a los malos y a los demonios y salvar a los buenos. Afirmaba que Jesús no procedía de mujer y que era incorporal y sin figura, pero se manifestó bajo la apariencia de hombre. De aquí comenzó a enseñar que el cuerpo de Jesús era apariencia, que el dios de los judíos era uno de los siete ángeles y que Jesús con su venida vino a destruirlo y de paso conceder la salvación a todos aquellos que poseen la centella de la vida que el Padre envió. Sobre el matrimonio y la procreación enseñaban que procedían de Satanás, se abstenían de comer animales. Este mismo Satanás es un ángel adversario de los ángeles creadores del mundo y del dios de los judíos. Irineo no tiene buena opinión de este grupo, ya que pretendían estar más allá del bien y el mal practicando toda clase de libertinajes y hechicerías. (Avd. Haer. 24: 1-5, 25: 4, Refutación. 28: 1-7 este texto de Hipólito se basa íntegramente en el texto de Ireneo.) La pasión no fue sufrida por Jesús sino que en su lugar murió Simón de Cirene. Acerca de la salvación enseñaba que solo el alma la alcanza porque el cuerpo participa de la materia corruptible.


Basilides, vivió en Egipto durante los años 120-140 y comenzó a enseñar en Alejandría. Hipólito nos dice que se valió de la filosofía de Aristóteles para continuar con los errores. Decía que habiendo creado el Padre a los primeros seres o como nos dice Hipólito, negó que Dios creara el mundo como es hoy, sino que puso el germen que contenía todas las cosas y variaciones y que este fue desarrollándose hasta desembocar en lo que es hoy el mundo. Irineo cita que los gnósticos atribuían a Dios emitir un principio de todas las cosas y este principio como puesto en una matriz da a luz con sus deposiciones los cielos y la tierra (I. 1: 1). Acerca del Espíritu Santo no lo considera consubstancial a Dios ni de una esencia igual sino inferior, además este no tiene residencia en la región de la Ogdoada sino en un lugar intermedio entre el mundo y lo supra mundano. (Ref. VII. 23: 1-2) Cerinto es contemporáneo y adversario del apóstol Juan y de Policarpo de Esmirna, comenzó enseñando por Asia. Decía que el mundo no fue creado por el Padre sino por un demiurgo inferior a Él, este sería el Cristo, solo aceptaba el evangelio de Mateo. De Jesús enseñaba que era hijo de María y José, además, realmente Jesús vino a tener conciencia de Padre y recibió el poder en su bautismo. Los docetas se identifican con sus enseñanzas. (AH. I. 26: 1) Eusebio escribe: “También Cerinto introduce ciertos milagros por unas revelaciones que afirma fueron escritas por un gran apóstol, y dice falsamente que le fueron enseñado por ministerio de ángeles, que, tras la resurrección, el reino de Cristo será terrenal y que la carne que estuvo en Jerusalén será esclava de nuevo de pasiones y placeres. Siendo como es un enemigo de las Escrituras de Dios, y deseando engañar, asegura que tendrá lugar una fiesta nupcial de mil años.” Según se cita de Dionisio de Alejandría, este reino terrenal consistía en comer y beber dando rienda suelta a toda clase de pasiones de la carne, se harían fiestas, sacrificios e inmolaciones sagradas. (HE. III. 28: 5-6)

Cerdón, llego a Roma en tiempos del presbiterio de Higinio, al igual que otros gnósticos, enseñaba que el Dios del Antiguo Testamento no era el mismo que el de Jesús, y que este era déspota e injusto, mientras que el Dios que predica Jesús es bueno. (AH. I. 27: 1) Ireneo tiene contra el que llevaba una doble vida, por un lado acudía a la iglesia haciendo manifestación pública de penitencia y después en secreto enseñaba sus errores. La iglesia se dio cuenta de este doble juego y lo expulso de la comunidad cristiana. (AH. III. 4: 3) Después destacaran otros personajes como Valentín que actuó en Alejandría y después, enseño en Roma y que junto a Marción son los heresiarcas más destacados del siglo II. En el Canon de Muratori puede leerse como los herejes son conocidos por sus nombres: “Pero no recibimos ninguno de los escritos de Arsino o Valentino o Miltiado en absoluto. También han compuesto un libro de salmos para Marción [éstos rechazamos] junto con Basildo [y] el fundador asiático de los Catafrigios.”

Marción. De Marción nos dice Tertuliano y otros apologistas que era originario del Ponto, dueño de algunas embarcaciones. Cuenta que ofrendo algún dinero a la iglesia en Roma y que después de conocerse su herejía le fue devuelto y expulsado de la comunidad cristiana. Primeramente, la iglesia le amonesto imponiéndole alguna disciplina eclesiástica, pero, como persistió fue expulsado. Parece que no se sabe cuánto tiempo pasaría hasta que comenzara a buscar la penitencia y la aceptación en la iglesia, sin embargo, según Tertuliano, murió sin poder cumplir el proceso de restitución (Praes. 30: 1-3) Tuvo como discípulo a Apeles el cual después le abandono. Tertuliano escribe que Marción en su doctrina tenia fuertes matices ascéticos y abstinentes, y que su discípulo Apeles, no pudiendo guardar estas estrictas observancias de su maestro, rompió con algunas de sus enseñanzas. Nos cuenta, que marchándose entonces para Alejandría, se casó con una mujer llamada Filomena, de la cual ejerciendo de profetisa obtenía revelaciones que ponía por escrito. (Praes 30: 5) Fue este mismo hereje, quien introdujo la herejía que; consideraba ser el creador un ángel superior, de naturaleza desconocida y que creó el mundo a imagen del celeste. (Praes. 34: 3). Ireneo nos dice, que tanto Marción como sus discípulos recortaban las Escrituras debido a que los apóstoles escribieron influidos por el judaísmo. Orígenes dice de ellos que tenían las Escrituras judías como mitos y de Epifanio nos vine la siguiente mención: “Rechazaba además la ley y todos los profetas inspirados por el príncipe que hizo este mundo. Cristo dice haber bajado de lo alto, del Padre invisible e innominable, para salvación de las almas y para argüir al Dios de los judíos, la ley y los profetas.” [3] La herejía de Marción puede resumirse en sus argumentaciones de la siguiente forma:


- En cuanto a Dios introdujo dos dioses, un dios inferior, creador de la materia y malo, y de otro dios superior y bueno. (AH. III. 12: 12, Praes 34: 3) Ireneo cuenta que no tenía mucho reparo en enseñar que el Dios del antiguo testamento era un ser maléfico, amante de las guerras, contradictorio a menudo y bastante voluble en sus decisiones. (AH. I. 27: 2) Los expertos en la materia han buscado el origen de esta concepción de Jehová como un demiurgo o dios malvado y perverso, y parecen haberla encontrado en la separación del nombre. En Strong aparece “jova” como otra forma de ruinoso o quebrantamiento (H.1943) mientras que el término “javvá” como malo, iniquidad, pecado. (H.1942) y la raíz “ava” como obrar perversamente, hacer iniquidad (H.5753) de aquí que Jehová fuera considerado un dios que hace maldad o que hace iniquidad.


- Sobre las Escrituras rechazó casi todo el Nuevo Testamento, del evangelio de Lucas elimino todo lo concerniente al nacimiento de Jesús y elimino todos aquellos pasajes que se referían al Dios del antiguo testamento como padre de Jesús y todo lo que tenía que ver concerniente a la segunda venida. De Pablo conservo la epístola a los Gálatas, que fue uno de los pilares en que se basaba parte del sistema marcionista por separar ambos testamentos (AH. I, 27: 2, 4, Praes 30: 9)


- Sobre Jesús negaba que hubiera venido en carne argumentando que este ya había sucedido. (Praes. 34: 1)


- Acerca de la Salvación dice participar aquellos que le siguen y que el cuerpo no alcanza dicha salvación. De esta forma negaban la resurrección de la carne, esta primera herejía ya era común en Israel por los saduceos, de ahí pasaría a los herejes. Ireneo añade que a estas blasfemias añadió una más grave aún, pues, enseñaba que todos aquellos hombres que fueron objetos de condenación en el A.T. fueron salvados por Jesús cuando bajo a los infiernos y que condeno aquellos que agradaron a este Dios. (AH. 27: 3-4)


- Aceptaba la enseñanza impartida por medio de mujeres, el derecho a disputar, a realizar exorcismos, curar y hasta aplicar el sacramento del bautismo, los laicos, en cambio, recibían funciones sacerdotales. (Praes. 41: 4) Rechazaba el matrimonio por considerarlo impuro, una corrupción y un libertinaje. (AH. I. 28: 1, Praes. 33: 4)


Tertuliano se muestra contrario a que el bautismo pueda ser ejercido por la mujer, sin embargo, en su periodo montanista suavizara esta posición, donde la mujer desarrolla un protagonismo en la profecía y el ejercicio de los dones. Los marcionistas acogían a los apostatas (Praes 41: 4)

Valentín habría nacido sobre el año 85 d.C en Egipto, tenía una formación platónica. Tertuliano escribe de Valentín: “Conocemos muy bien el origen de ellos y sabemos por qué los llamamos valentinianos, a pesar que no lo parecen (...). Valentín esperaba el episcopado, puesto que era capaz tanto por su inteligencia como por su elocuencia (quia et ingenio poterat et eloquio), pero una vez que otro fue establecido en la sede, por la ventaja [obtenida] del martirio, indignado, rompió con la Iglesia auténtica, como suelen los espíritus excitados por la presidencia ser inflamados ante la perspectiva de la venganza. Dado vuelta para combatir la verdad, encontró gérmenes de una antigua opinión y marcó el camino a Colobaso. Luego Ptolomeo entró en él, y distinguió los eones, por nombre y número, como realidades personales, pero situadas fuera de Dios, los que Valentín había incluido en la misma divinidad suprema como sentimientos, afectos y emociones (quas Valentinus in ipsa summa divinitatis ut sensus et affectus et motus incluserat”.[4] Desde Alejandría posiblemente Valentín viajo a Roma por el año 138-158 coincidiendo con Cerdón que está enseñando allí, pudo permanecer al menos unos veinte años o más y de ahí pudo viajar hacia Chipre: En Roma ejerció una gran oposición a la iglesia. Irineo escribe lo siguiente: “Antes de Valentín, de hecho, no habían valentinianos; antes de Marción no habían marcionista y no habían otros que sostuvieran las falsas opiniones que hemos reportado más arriba antes de que aparecieran los mistagogos y los inventores de su perversidad. De hecho, Valentín llegó a Roma bajo Higinio, alcanzó su máxima fama bajo Pío y permaneció hasta Aniceto. Cerdón, el predecesor de Marción, vivió también él bajo Higinio, que era el octavo obispo; después de haber entrado en la Iglesia y haber hecho penitencia pública continuó así, a veces enseñando escondido, o haciendo nuevamente penitencia pública, o bien siendo denunciado por sus enseñanzas corruptas, y siendo separado de la comunidad de los hermanos. Marción que fue su sucesor, alcanzó la fama máxima bajo Aniceto, que tenía el décimo puesto en el episcopado. Todos los otros, que se llaman gnósticos, han tenido su origen en Meneandro, discípulo de Simón [Mago], como lo hemos dicho, y cada uno se presentó como padre y mistagogo de la opinión que adoptó. Todos estos se han levantado en la apostasía mucho más tarde, cuando los tiempos de la Iglesia ya habían alcanzado la mitad de su curso.” [5]

Valentín fue como mucho uno de los mayores heresiarcas gnósticos, tanto el cómo sus discípulos ejercieron una gran influencia en sus días, llegando a formar dos escuelas las occidental y la oriental. Tertuliano nos dice que tenía bastante de platónico (Praes 30: 2) La obra cristiana que sin duda describe mejor las creencias de Valentín y su escuela es el Adversus Haereses de Ireneo compuesta sobre los años 180-190. En su primer libro contra la falsa gnosis, Irineo dice valerse de fuentes directas, por lo que su examen de la falsa gnosis es basta fiel a las enseñanzas gnósticas descubiertas hasta hace poco en los hallazgos de Nag Hamadi, como el Evangelio de la Verdad, el de Felipe o la Pistis Sofía de Valentino. “Por mi parte, he leído tratados de los autodenominados discípulos de Valentín, y además he tenido encuentros (verbales) en orden a entender sus doctrinas.” Pref. 2.


- El Dios gnóstico en la medida que se fue desarrollando en su pensamiento, podría decirse que es amorfo, y que precede a las tres naturalezas hipostáticas manifestadas por el Padre al que le inventaron un Pro-Padre, al Hijo al que le precedió Pensamiento o Unigénito y el Espíritu Santo, que también seria precedido. Todo esto sería solamente una forma de explicar al Inefable. El Pro-Padre solo es conocido por su Pensamiento o Unigénito y permanece invisible, incomprensible. Siguiendo esta ficción gnóstica sobre Dios, vemos que a partir del Pro-Padre se señala al Dios ingenito antes de que existiera nada absolutamente y nada puede existir perfecto y todo el pleroma tendrá la necesidad de conocer al Pro-Padre. Habían entendido hasta aquí bastante acorde la naturaleza de Dios, pues este aparece en Moisés sin principio u origen, sin nombre e ignoto, después valiéndose de la cristología de Juan iniciaron una propia comprensión del Inefable desde que engendra a Pensamiento y construye la existencia de todas las cosas para culminar en su Ascensión o Retorno al Pro-Padre estableciendo la verdadera gnosis y destruyendo a las potencias de los triples poderes por todo el tormento y mal causado. (Adversus Haereses I. 2: 1)

- La materia y todo cuanto procede de ella es malo, así Jesús tenía un cuerpo visible y palpable sin que tomara nada de la substancia material, porque la materia en definitiva no puede salvarse.

- El origen del mal se entiende en el gnosticismo, en la incapacidad de los eones por comprender al Pro-Padre, que solo puede ser conocido por el Entendimiento y será este quien saldrá del pleroma para buscar la forma de hacer accesible y comprensible a los otros eones salidos del Primer eón. (AH. II. 2: 1)


- Enseñaban una trinidad del hombre compuesta, por el elemento neumático, psíquico y helico, para ello se valían del texto de 1. Cor. 2: 14. (Praes. 7: 3) Ireneo añade que se corresponderían con los personajes Abel, Caín y Set. (AH. I. 7: 5) Hablaban de la creación del hombre sobre el día sexto y añadían un octavo, a este día, también podemos encontrar una interpretación en el tratado de Bernabé. (AH. I. 18: 1)

- Acerca de los ritos gnósticos y las invocaciones iniciáticas, describe Irineo lo siguiente: ofrecían en una cámara nupcial dispuesta para efectuar un matrimonio espiritual, realizaban un bautismo por el cual tenían alguna serie de invocaciones que le iniciaban en los misterios. A los iniciados se les hacia participes por medio de una invocación por su redención y finalmente era ungido. En otros grupos, se demarraba aceite sobre sus cabeza como fórmula de redención, inclusive, sobre los moribundos derraban agua y aceite sobre su cabeza como una señal de redención. Entre los mismos grupos gnósticos, habían quienes desechaban estos ritos de iniciación salvífica, y abogaban mas por la gnosis como un conocimiento superior que otorga la redención del hombre interior. (AH. I. 21: 3-4)

Docetistas

Docetas viene del griego “dókesis” apariencia, quienes profesaban las doctrinas del docetismo negaban la realidad de la encarnación del Verbo y propugnaban un Cristo aparente. (AH III. 18: 6, V. 1: 2) Ignacio de Antioquia no duda en llamarlos abogados de la muerte y se pronuncia en favor de la verdadera divinidad y humanidad de Jesús. La mención de Ignacio hace del docetismo una herejía muy temprana en la iglesia y muy posiblemente proceda del primer siglo. Ignacio encadenado va camino al martirio y en su propio deseo de enfrentarse a la muerte por el Nombre, pone sus propios sufrimientos como prueba de que ni el Señor sufrió en apariencia ni ninguno de aquellos que por amor a su nombre enfrentamos el odio del mundo.[6] Hay quienes niegan su muerte y Jesús sufrió por nosotros para que pudiéramos ser salvos. [7] Sufrió verdaderamente y resucitó verdaderamente. Los herejes dicen que sufrió en apariencia, estos son igualmente apariencia, sin cuerpo como los demonios.[8] Confiesa que él cree que Jesús estuvo en la carne aún después de la resurrección y cuando se presento a Pedro y los discípulos le dijo: “Poned las manos sobre mí y palpadme, y ved que no soy un demonio sin cuerpo” (este texto podría proceder de otro Evangelio. Los apóstoles comprobaron (Tomás menciona el apóstol Juan) Contra los docetistas, después de la resurrección Él comió y bebió con ellos como uno que está en la carne, aunque espiritualmente estaba unido con el Padre.[9] Promulgaban una doctrina de auto salvación por medio del conocimiento. La salvación la atribuía a Cristo como «Iluminador», dador de conocimiento mediante el cual el alma recibiría la salvación. Se negaba la doctrina evangélica de la redención por los sufrimientos vicarios de Cristo. Mantenían al igual que los docetas una errónea cristología de la humanidad de Cristo, que consideraba aparente la vida terrena y especialmente todo lo relacionado con sus sufrimientos en la cruz. En el docetismo, aún se puede rastrear el conocimiento del amor, aunque, como una mala semilla se mezclo con el verdadero conocimiento, el gnosticismo, se eleva al conocimiento sin el amor y propugna una salvación por la gnosis, de aquí que en ocasiones tanto a docetas como a gnósticos, Ignacio, les acuse de que no les importe el amor. Leyendo pausadamente la carta a los efesios aparecen incontable las ocasiones en que Ignacio se refiere al amor y como tiene una connotación en todo conocimiento acerca de la verdad sobre Jesús. Orígenes menciona de este movimiento no era aceptado por la Iglesia y que tenían como doctrina la negación de la pasión de Jesús y con ello la resurrección, la cual, resultaría falsa e ineficaz para la salvación del género humano: “Porque quien murió realmente, caso que resucite, resucita realmente; pero quien solo aparentemente muriera, no resucitaría realmente.” [10]

Ofitas y Cainitas

Movimiento considerado herético que debió nacer en el Siglo I y procedente de Egipto o Siria, su nombre lo tomaron de ophis “serpiente”. Orígenes escribe de esta herejía que fue iniciada por un tal Éufrates y que tenían como regla no aceptar en su grupo a ninguno que no maldijera el nombre de Jesús (C. Celso VI. 28) Se acercaron a las Escrituras buscando, en especial, todos los pasajes relacionados con la serpiente. Concluyeron del relato del Génesis del encuentro de la serpiente con Eva, que fue la serpiente quien le dio al hombre la oportunidad de adquirir la verdadera gnosis. No entendían que la serpiente fuera una personificación de Satán, ni con un ser malvado, la serpiente era buena porque intento transmitirles al hombre y la mujer la verdadera gnosis, cosa que el Dios creador de Moisés no deseaba. Con este razonamiento concluyeron que el Dios de Moisés era maldito, ya que maldijo a la serpiente que le otorgo la ciencia del bien y el mal (VI. 28, VII. 40). Orígenes nos dice además que tenían como alma del universo a Leviatán (VI. 25) Tanto los ofitas como el grupo de los cainitas tomaban de las Escrituras a sus ejemplos en aquellas personas que habían sido enemigos del Dios de Israel.

Los cainitas tenían como líder espiritual a Caín, algunos autores han querido ver en el evangelio apócrifo de Judas una obra perteneciente a este grupo. Caín era considerado entre ellos un ser celeste, en cambio despreciaban al justo Abel por considerarlo un ser débil.



[1] VII. 2

[2] Contra Celso I. 57

[3] Contra Celso V. 54, Epifanio Haer. 42

[4] Tertuliano, Adversus Valentinianos, IV:

[5] Ireneo, Adversus haereses, III,4,3:

[6][2] Traill. X

[7][3] Mag. IX

[8][4] Esm. II

[9][5] Esm. III

[10] Contra Celso II. 6, 24, III. 13